ROTOTOM SUNSPLASH
Un festival imaginado, creado y mantenido con cariño entre amigos y para amigos…
El Rototom Sunsplash inicia su éxodo, y como a todo éxodo, le corresponde una tierra prometida. El festival la encuentra en España, concretamente en Benicàssim (Castellón).
El 12 de julio de 2009 termina la última edición en Osoppo y el 24 del mismo mes una expedición italiana ‘a cinco’ parte a España. Tras siete meses de búsqueda y un periplo previo por Barcelona, Madrid, Salamanca y hasta Galicia o Euskadi, en febrero de 2010 se alcanza un acuerdo con el Ayuntamiento de Benicàssim. La extensa zona de acampada anexa al recinto de conciertos benicense declina la balanza. La localidad castellonense celebra ese verano el primer Rototom español. El 17º de su historia. Hasta hoy.
Benicàssim supone la consolidación de la macroestructura formada en Italia, que sigue creciendo: en escenarios y en áreas extramusicales como el Rototom Circus, sobre un espacio de 500.000 metros cuadrados que dobla a la ciudad del reggae creada en Osoppo.
También en público, con una media de 230.000 personas por edición entre las que destaca año tras año el de perfil infantil y familiar.
Supone el salto del plano europeo al planetario. España abre para el Rototom Sunsplash las puertas de Latinoamérica y lo internacionaliza aún más. Prueba de ello es la celebración desde 2011 y hasta 2015 del Reggae Contest Latino y la puesta en marcha de las giras mundiales de presentación del festival.
Benicàssim suma al festival el aliciente de la playa, que refuerza su formato como destino de vacaciones en la semana de celebración del certamen. Y en el plano anecdótico, deja aparcadas las preocupaciones meteorológicas propias del clima prealpino de Osoppo y más que habituales –en forma de viento o lluvias torrenciales- en el entorno friulano.
La nueva y actual etapa del festival ha mantenido los principios y valores que guían la acción del Rototom Sunsplash, como emblema de defensa de la paz, el medio ambiente, los derechos humanos y el desarrollo sostenible. El lema ligado al macroevento, Otro mundo es posible, sigue vivo en Benicàssim. La comunidad nacida en torno al reggae y al festival, también.