JORGE OÑATE & JULIÁN ROJAS

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Jorge Oñate: El ‘Ruiseñor Invencible’

Jorge Oñate tiene entre sus mejores amigos a los vallenatólogos Daniel Samper Pizano, Enrique Santos, el ex presidente Alfonso López, Juan Gossaín y Gabriel García Márquez.
James Arias / EL Pais

Antes de incursionar en los terrenos del vallenato, este artista, que inició su carrera desde los 9 años, le apostaba a la balada. "El público es para mí lo más sagrado"

Gracias al auge que empezó a tomar el vallenato en los años 60, este género recuperó a Jorge Oñate, quien andaba entusiasmado con la balada, e hizo de él uno de sus mejores exponentes de la música del acordeón.

El Ruiseñor del Cesar -como lo bautizó su amigo Juan Gossaín la primera vez que lo escuchó- empezó desde niño a cantar en los centros literarios y en los coros del colegio.

Pero a la edad de 9 años, cuando estaba en boga la balada, se convirtió en admirador de Raphael y de otros tantos como Oscar Golden, Nino Bravo y Harold y hasta incursionó en ese estilo. Menos mal que cuando llegó a los 13 ó 14 estaba cogiendo auge el vallenato y se recuperó el que después sería denominado El Jilguero de América.

Su pasión por la música de su tierra lo llevó en 1968 a participar en el Primer Festival Vallenato, al que asistieron representantes de varias disqueras. Allí lo escucharon cantar en un kiosco en la Plaza Alfonso López, y la propuesta para grabar no se hizo esperar.

"Vi tan lejana esa posibilidad que me pidieron el teléfono y al año me llamaron para someterme a prueba, pero yo me había preparado con la ilusión de esa oferta", recuerda hoy.

Y pasó el examen de tal manera que entraron al estudio de grabación a las 8:00 de la mañana y a las 8:00 de la noche ya estaba el primer disco grabado. "Ese fue un récord", dice.

A los dos años y medio, en 1970, grabó su segundo trabajo con su gran éxito Amor sensible. Entonando Yo te quiero te pienso/ sabes lo que he pensado...", ganó el V Festival Vallenato, evento que lo impulsó.

Empezaron a salir "los contraticos y los bailes y despegó el horizonte para mí. Desde entonces y hasta la luz del día de hoy, han sido 35 años de éxitos", dice.

Así este hombre, nacido en La Paz, el municipio más cercano de Valledupar, empezó a proyectarse como El Jilguero de América, apelativo que le debe a su primo, el también compositor Alonso Fernández Oñate y quien lo impulsó a grabar.

En esas casi cuatro décadas como exponente del vallenato clásico, tradicional, ha grabado 42 discos e innumerables éxitos, incluido Nido de Amor, el tema que logró penetrar el vallenato al interior del país en 1978.

El éxito fue tan grande que la grabó hasta El Gran Combo de Puerto Rico, entre otras orquestas. "Este es el primer vallenato que tuvo acogida inclusive aquí, en la Feria de Cali, del vallenato auténtico", enfatiza él que no condena a la nueva generación de intérpretes del vallenato romántico, pero que reconoce no es su estilo.

"Mi estilo es el tradicional, el de la nueva generación es un poco romántico tirando al bolero, o la ranchera. No la critico porque le llega al público y se posicionan también en el mercado, lo malo sería que lo hiciera yo porque me saldría de mi identidad musical", explica.

Gracias a esa identidad se mantiene vigente en el medio y ha ido dejando una discografía de éxitos como Alicia Adorada, No comprendí tu amor, Lloraré, la Vieja Sara, Mujer Marchita, Tiempos de Cometa y Se te fueron las luces, y El Invencible, este último que le da nombre a su nueva producción.

Con su canto, Oñate ha recorrido Estados Unidos, Europa, Aruba, América Latina, Curazao y ahora México, donde el vallenato se está oyendo más que la misma ranchera.

Él lo atribuye a ese lejano parenteso que existe entre ambos géneros musicales. "Llegan muy fácil porque tienen letra, mensaje y poesía".

La fanaticada de Jorge Oñate es apoteósica. "En mi vida artística tengo más momentos de alegría que otra cosa, el público para mí es sagrado. Llego a presentarme y salen a esperarme. Eso se lleva en lo más recóndito del alma", afirma.

En efecto, Jorge Oñate es el artista del género vallenato que más clubes de seguidores tiene en Colombia. "Hicimos una asamblea el año pasado con 30 clubes de todo el país".

Y el público no perdona una ausencia suya. "Una vez me tocó hacer un recorrido en una avioneta y al sobrevolar Ocaña, Santander, donde me presentaría por primera vez, no pudimos aterrizar.

"De todas formas esa noche se presentó el grupo los hermanos López, y un muchacho de los coros cantó como voz principal. Pero había gente con carátula en mano que decía: 'Pero él no es, no se parece en nada'. Al día siguiente pude llegar y cuando me vieron dijeron: 'Ah, este sí es el verdadero Jorge Oñate", cuenta.

'El Ruiseñor del Cesar' tiene entre sus mejores amigos a vallenatólogos como Daniel Samper Pizano, Enrique Santos, el ex presidente Alfonso López Michelsen, Juan Gossaín y a 'Gabito', como llama al Nobel autor de ese vallenato hecho novela: Cien años de Soledad.

"Ellos son partícipes del éxito del vallenato y del festival", aunque echa de menos la ausencia de su gran amiga Consuelo Araújo. "Qué lastimoso eso, ella era el eje central, el alma, vida y nervio del festival, una mujer muy activa y positiva".

Para Oñate lo único que le queda por hacer es que "Dios me dé vida para seguirle cantando a la gente".

En sus propias palabras

"En Colombia hay dos valles que son dignos de admirar, el uno es Valle del Cauca y el otro es Valle de Upar" "El vallenato llega porque tiene alegría y sentimiento" Jorge Oñate, Cantante, en entrevista con EL Pais.
elpais-cali.terra.com.co/paisonline/vivir/notas/Julio242003/C324N1.html